sábado, 26 de mayo de 2018

Pasión y prudencia

Qué difícil combinar esos dos hilos. En la prudencia hay siempre algo que te refrena. Piensas que debes esperar, que no conviene precipitar nada, que ya veremos. En la pasión, por el contrario, emerge a cada instante un ímpetu que te supera y te lleva a decir o hacer eso que tal vez resulte improcedente pero que sientes necesario para seguir viviendo. En la pasión estás perdido. En la prudencia no te encuentras. Nada es adecuado ni suficiente si optas por alguna de esas vías. Si procuras conciliar, te devora de inmediato una especie de locura interior, una desazón devastadora que desactiva el fuego y desquicia la calma.