lunes, 24 de septiembre de 2018

Un personaje piensa en el amor

"Te quiero muchísimo", escribió ella. Sintió entonces un dolor desconocido. Algo así como una maquinilla de afeitar deambulando juguetonamente por los pulmones, o el dedo corazón empotrado contra el rallador justo después de que el limón resbalara de las manos, o esa batidora que penetra en las entrañas de un animal que soñamos ser y al que alguien pretende convertir en despojo y paté. "Te quiero muchísimo", había dicho. A él no le resultó sencillo fingir, continuar con el intercambio de mensajes como si nada grave hubiera ocurrido. Bastante más tarde (al menos dos semanas después) comprendió que "te quiero mucho" no dice cuánto, sino cómo.