miércoles, 20 de junio de 2018

El reloj

Un personaje. Concentrado en sí mismo. Silencioso. Hermético. Incluso impenetrable.

Hoy lleva traje "príncipe de gales" grisáceo. Tal vez -piensa al recordar su asilvestrado daltonismo- ligeramente verdoso. Camisa negra. Ahí no dudó. Cinturón y zapatos negros. Hoy ha estado en varias ocasiones a punto de estallar. A punto. A un centímetro. A una milésima de segundo. Y en cada una de esas ocasiones hoy ha mirado hacia su muñeca derecha. Y ha encontrado refugio. Ese reloj (negro, también negro) le transmite una calma singular: una calma que parece el despojo de vehemencias vanas, lo que queda en reposo cuando todo lo inútil se ha ido, un desapego de miedos y urgencias -terribles monstruos- que le sorprende precisamente porque hoy lleva todo el día a punto de estallar, a un centímetro, a una milésima de segundo. 

Es muy extraño. Ese reloj le transmite calma. ¿Por qué un reloj? ¿Por qué ese reloj? ¿Y por qué ahora? 

sábado, 16 de junio de 2018

Un tiempo sin nombre

Ese instante a partir del cual la escritura cesa y la vida sigue.