sábado, 25 de julio de 2015

Correo tras el café en el Comercial

  "(...) Aprovecho para contarte algo importante. Me pillas delante del ordenador, revisando el texto. Intento ver dónde encajar algunas de tus sugerencias. Imposible. No por cabezonería, ni por orgullo, ni por pereza. Es que ya estoy fuera de la historia. Terminé de escribir hace seis meses. Desde entonces he leído varias veces, he corregido erratas y he modificado trazos menores, pero ahora me siento ya incapaz de afrontar otro tipo de cambios. La historia ya no es mía. Se me ha ido. Para bien y para mal".

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