"(...) Aprovecho para contarte algo importante. Me pillas delante del
ordenador, revisando el texto. Intento ver dónde encajar algunas de tus
sugerencias. Imposible. No por cabezonería, ni por orgullo, ni por pereza.
Es que ya estoy fuera de la historia. Terminé de escribir hace seis
meses. Desde entonces he leído varias veces, he corregido erratas y he
modificado trazos menores, pero ahora me siento ya incapaz de afrontar otro
tipo de cambios. La historia ya no es mía. Se me ha ido. Para bien y
para mal".
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
No hay comentarios :
Publicar un comentario