miércoles, 9 de julio de 2014

Leves imposturas

   Probaremos el dodecasílabo. Siempre me dijeron que su ritmo era machacón, agobiante. Por eso fue sustituido muy pronto por el endecasílabo, mucho más ágil y variado en los ritmos. Probemos el dodecasílabo: contar una historia de amor a través de una frase. "Pensó escribir: te deseo lo mejor". Machacón, sí, agobiante. El chico rehace la frase mil veces porque sabe que, al escribir esto, miente. O no dice toda la verdad. "Leves imposturas". Un poema para reconstruir el proceso de una sencilla transformación textual que conduce a la desnudez, a la verdad. Leves imposturas.

No hay comentarios :